¿Qué impacto tiene en el ecosistema un fondo de venture capital?

Para el año 2021 el ecosistema de venture capital en la región latinoameriana había invertido más de US$15 billones^[1] de los cuales el 80 % se concentró en México y Brasil, según Endeavor Intelligence (2022). El mismo estudio destaca que un promedio de 3.5 startups alcanzaron una valoración de más de 100 millones de dólares en el 2021 versus el año 2020 y que el 52 % de ese capital fue invertido en empresas emergentes, consideras aquellas con hasta cinco años de operación.

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La inversión de este capital generalmente involucra a diferentes participantes, como los fondos de venture capital, los cuales son un catalizador de talento y es uno de los actores que componen un ecosistema de emprendimiento. Daniel Isenberg, profesor de Babason College define el ecosistma de emprendimiento como un grupo de instituciones y personas de un espacio geográfico que trabajan para promover el emprendimiento. Estos actores han sido clasificados por Isenberg en lo que él llama los dominios del ecosistema emprendedor.

Como se muestra en la gráfica, uno de los tipos de capital que se invierte en emprendimientos de crecimiento exponencial las cuales según Paul Graham son aquellas capaces de crecer rápido y para que esto sea posible destaca que estas empresas deben hacer algo que muchas personas quieren y alcanzar esa gran cantidad de personas. Esta es la razón por la cual el uso de la tecnología es obligatoria ya que es la única forma de proveer un producto o servicio a gran escala sin aumentar los costos en la misma proporción.

Además, el venture capital es un catalizador de talento, como plantea Sebastian Mallaby en su libro “The Power Law” este tipo de capital puede ser “capital de deserción, de formación de equipos, o simplemente experimental, pero en cualquier caso que se mire –libera el talento–”. Y es lo próximo que vamos a analizar.

Endeavor, una aceleradora que invierte en startups a nivel mundial, ha destinado parte de su estructura a estudiar ciertos fenómenos de forma que entenderlos permita replicarlos. Tal es el caso de qué hace que un ecosistema sea exitoso.

El potencial que se despliega en un ecosistema de emprendimiento, independientemente de los resultados directos, es impresionante y lo muestra la siguiente imagen:

Esta imagen refleja el efecto de un ecosistema de emprendimiento exitoso, aquel donde el éxito de un emprendedor se multiplica sirviendo como catalizador de talento, nuevos emprendimientos y más capital. En la historia de Silicon Valley, por ejemplo, destaca que para el año 2014 un 70 % de las empresas de tecnología habían derivado de Fairchild, una empresa de semiconductores fundada en el año 1957 y que logró su éxito por ser compuesta de talento excepcional, el cual recibió 1.5 millones de dólares en capital y se convirtió en unas de las primeras empresas en recibir inversión en esa demarcación. Esa inversión hizo posible realizar el emprendimiento. ¿Cuál es la particularidad? Que los medios tradicionales de financiación no hubiesen aportado ese capital dado el nivel de riesgo e incertidumbre que representaba la inversión, por eso se dice que el venture capital apoya la innovación, dado que hasta probarla es un juego de confianza en el equipo y el potencial de la idea para solucionar un problema de masas.

Este grado de incertidumbre hace que invertir en startups sea un proceso enfocado en apoyar la innovación para como resalta Mallaby, “El futuro puede ser descubierto mediante experimentos iterativos respaldados por empresas de riesgo. No puede ser predicho”. Aquí es donde vemos realmente la importancia del capital de riesgo o venture capital en los ecosistemas que apoyan a las startups o emprendimientos tecnológicos.

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^{[1] “Billones” americanos, “miles de millones” para América Latina}